Historia del Convento
El Real Monasterio de las Comendadoras de Santiago el Mayor de Madrid tiene su origen en el año 1584, cuando Don Íñigo de Zapata y Cárdenas y su mujer doña Isabel de Avellaneda dispusieron que todos sus bienes se destinaran a la fundación en Madrid de un convento regido bajo las reglas y jurisdicciones de la Orden de Santiago. Una vez adquiridos los terrenos, las religiosas se asentaron provisionalmente en los antiguos caserones que conformaban la manzana donde hoy se levanta el monasterio debido a la escasez de recursos económicos.
El convento fue fundado en 1650, siendo el primer convento construido en la capital y el único que se conserva íntegramente. Está ubicado en la plaza de nombre homónimo, en el barrio de Conde Duque en Madrid, y está considerado un Bien de Interés Cultural.
La convocatoria para la construcción de la iglesia no se realizó hasta el año 1667. Posteriormente, en 1745, el Real Consejo de las Órdenes aprobó el proyecto de Francisco de Moradillo para la construcción de la Sacristía de los Caballeros. El resto del convento fue construido en 1777 por el reconocido arquitecto Sabatini, que logró aportar una unidad compositiva notable a pesar de la singularidad de las intervenciones previas.
En el siglo XIX, con la desamortización de Mendizábal de 1836, el convento pierde parte de sus bienes y su influencia disminuye, aunque sigue funcionando como comunidad religiosa. Después, durante la Guerra Civil española (1936-1939), el convento sufre graves daños y saqueos.


En la actualidad
Desde el año 2000, cuando se redactó el Plan Director para la restauración del conjunto monumental, se han llevado a cabo importantes intervenciones de rehabilitación. Se han aunado esfuerzos para preservar este conjunto conventual madrileño, que es el primero construido y el único conservado en su totalidad, ocupando aún hoy una manzana completa del casco antiguo y manteniendo intacta su tipología a pesar de su estado de conservación. Tras el terremoto de 2008 en Madrid, que agrietó las paredes y puso en peligro la estructura, se inició la primera fase de restauración junto a la Comunidad de Madrid. La segunda fase, la restauración del interior, finalizó en 2023. La arquitecta Emanuela Gambini ha tenido un papel fundamental en la restauración del convento, siendo este su proyecto más longevo.









